Paracelsus
Addictionist
- Joined
- Nov 23, 2021
- Messages
- 249
- Reaction score
- 271
- Points
- 63
Un nuevo estudio piloto publicado en Addiction Science & Clinical Practice presenta resultados prometedores en el uso de dosis subdisociativas de ketamina para ayudar a los pacientes en transición a la buprenorfina. La investigación, realizada por Lucinda A. Grande y sus colegas, destaca el potencial de la ketamina para reducir los síntomas de abstinencia que con frecuencia disuaden a las personas con trastorno por consumo de opiáceos (TCO) de iniciar el tratamiento con buprenorfina, sobre todo cuando son dependientes de fentanilo o metadona. Los resultados del estudio ofrecen un enfoque innovador para uno de los principales retos del tratamiento del trastorno por consumo de opiáceos, que es la gestión de la abstinencia de opiáceos precipitada por la buprenorfina.
La buprenorfina está reconocida desde hace tiempo como un medicamento que salva vidas en el tratamiento de la EDO, ya que reduce la mortalidad por sobredosis en más de un 50%. Sin embargo, muchas personas que podrían beneficiarse de la buprenorfina son reacias a iniciar el tratamiento por miedo a los síntomas de abstinencia. Éstos pueden aparecer de forma espontánea o, lo que es más grave, cuando la buprenorfina desplaza a potentes opiáceos como el fentanilo de los receptores opiáceos del cerebro. El miedo y la experiencia de los síntomas de abstinencia -que a veces duran hasta una semana- son especialmente intensos en las personas con dependencia de opiáceos sintéticos de alta potencia.
En la serie piloto de casos realizada a lo largo de 14 meses participaron 37 pacientes, principalmente los que intentaban pasar del consumo ilícito de fentanilo o metadona a la buprenorfina. Los pacientes recibieron ketamina sublingual en dosis bajas (16 mg), muy por debajo del umbral para inducir efectos disociativos o anestésicos. Los resultados del estudio mostraron que el 67% de los pacientes que probaron la ketamina completaron con éxito la iniciación a la buprenorfina, y el 92% de los que completaron la iniciación se mantuvieron en tratamiento al cabo de 30 días.
La ketamina, conocida principalmente como anestésico y cada vez más utilizada fuera de indicación para la depresión resistente al tratamiento y el dolor, ha demostrado su capacidad para reducir la tolerancia a los opiáceos y aliviar los síntomas de abstinencia a través de su acción sobre los receptores de glutamato de tipo NMDA. En este estudio, la administración de ketamina ayudó a los pacientes a controlar la abstinencia de opiáceos sin entrar en un estado disociativo, lo que la hace viable para el tratamiento ambulatorio.
El estudio también ofrece una visión de los aspectos prácticos de este nuevo enfoque. A los pacientes se les prescribieron hasta ocho dosis de ketamina, que eran troques o jarabe sublingual, preparados por farmacias locales. Los pacientes utilizaban la ketamina como profilaxis o para tratar los síntomas de abstinencia que surgían durante la iniciación a la buprenorfina. Con el tiempo, los investigadores perfeccionaron el protocolo de tratamiento y, finalmente, desarrollaron un plan de cuatro días que minimizaba el síndrome de abstinencia en la cohorte final de pacientes.
Una de las innovaciones clave de este estudio fue retrasar el inicio de la buprenorfina y utilizar ketamina para controlar los primeros síntomas de abstinencia. Al aconsejar a los pacientes que se abstuvieran del fentanilo durante 48-72 horas mientras utilizaban ketamina, los investigadores observaron que los pacientes podían empezar a tomar buprenorfina con mínimas molestias. También se incluyó clonazepam, una benzodiacepina, en el protocolo para prevenir los ataques de pánico, un problema habitual durante el inicio de la buprenorfina.
Los resultados de este estudio son prometedores, sobre todo para las poblaciones dependientes de opiáceos sintéticos potentes como el fentanilo. Dado que la iniciación a la buprenorfina es notoriamente difícil para estos pacientes, la iniciación asistida con ketamina podría proporcionar una herramienta crucial para aumentar la aceptación del tratamiento. Los investigadores advierten de que, aunque la ketamina puede reducir la gravedad de los síntomas de abstinencia, son necesarios más estudios a gran escala para confirmar estos hallazgos y optimizar el protocolo.
En el estudio también se abordaron los posibles riesgos asociados a la ketamina, incluidos los efectos cognitivos y el uso indebido. Sólo dos pacientes informaron de efectos cognitivos leves, y no hubo casos de sobredosis o depresión respiratoria relacionados con el uso de ketamina, ni siquiera cuando los pacientes volvieron a usar fentanilo tras intentos de tratamiento incompletos.
Los autores concluyen que las dosis subdisociativas de ketamina pueden ofrecer un método más seguro y accesible para iniciar la buprenorfina en pacientes ambulatorios, reduciendo las barreras a un tratamiento que puede disminuir significativamente el riesgo de sobredosis. Los autores piden que se siga investigando para perfeccionar este método y explorar su aplicabilidad en diversos entornos clínicos.
El estudio completo puede consultarse en el sitio web de la revista: Iniciación a la buprenorfina asistida con ketamina: una serie de casos piloto (clearnet).
Si te interesan este tipo de publicaciones, reacciona y deja comentarios. Será una señal para que continúe.